Los Antecedentes Generales
El guanaco (Lama guanicoe) es el mayor de los mamíferos de la fauna silvestre de Atacama y de Chile. En la región, se distribuye en núcleos aislados localizados en la costa, en las serranías interiores, y en la pre y alta cordillera. Presa habitual de cazadores arcaicos, constituyó un elemento importante en el desarrollo de culturas prehispánicas, quienes aprovecharon íntegramente este recurso incluyéndolo, además, en sus acervos culturales y mágicos como lo prueban las pictografías, que se encuentran en los asentamientos transitorios de grupos nómades que transhumaban por la región. Es de suponer, además, que algunos ejemplares fueron semi domesticados, a fin de obtener sus productos sin el agotamiento energético y las dificultades que suponía su cacería. La introducción de los camélidos domésticos, principalmente llamas, en el entorno de los pueblos incluidos en el dominio incaico, tal vez contribuyó a un atisbo de zootecnia para con la especie, pero sin que esto significara un afincamiento total, una relación vital y sustentable como la que se ofrecía entre incas y vicuñas.
La llegada del español, probablemente, desarticuló esta incipiente relación que comenzaba a insinuarse, principalmente por la introducción del ganado doméstico y el uso de caballos y bovinos. El avance y la radicación de asentamientos humanos definitivos, la construcción de caminos, la introducción de modernas armas de fuego y otras circunstancias fue un elemento importante que contribuyó significativamente, a la dramática declinación de las poblaciones que comenzó por lo menos durante el siglo XVII y que tuvo hace unas décadas atrás su máxima expresión, en la fragmentación de sus hábitat y la dispersión de sus efectivos a unas pocas zonas, extremas en cuanto a su baja o nula densidad poblacional humana, su accesibilidad y rigurosidad climática.
La Región de Atacama puede servir de ejemplo para este escenario sombrío, puesto que la distribución actual de los guanacos, disjunta, es un testimonio del área que cubrían sus efectivos poblacionales en el pasado, y su condición de especie en Peligro de Extinción revela la precariedad y vulnerabilidad de sus ejemplares componentes.
El guanaco sigue siendo una de las especies de la fauna chilena y atacameña que presenta un futuro promisorio por las características que ofrece en sí mismo como especie y en sus poblaciones en una proyección futura que tienda a aprovecharlo sustentablemente si bien hoy día solo presenta un uso como elemento principal en el turismo educativo. Sin embargo la potencialidad se manifiesta para un posible mejoramiento genético de camélidos domésticos (Llamas y alpacas), para lograr su cría en estado de semicautividad o cautividad a fin de ser utilizado sustentablemente por la población rural, y como elemento biológico para recuperar ambiental y escénicamente áreas desertificadas o degradadas por la tala de vegetales y el sobrepastoreo caprino. En la actualidad las poblaciones silvestres de Atacama son manejadas por la Corporación en base a protección y seguimientos anuales (censos) en los Parques Nacionales Nevado Tres Cruces, Pan de Azúcar y el propio Llanos de Challe.
El guanaco (Lama guanicoe) es el mayor de los mamíferos de la fauna silvestre de Atacama y de Chile. En la región, se distribuye en núcleos aislados localizados en la costa, en las serranías interiores, y en la pre y alta cordillera. Presa habitual de cazadores arcaicos, constituyó un elemento importante en el desarrollo de culturas prehispánicas, quienes aprovecharon íntegramente este recurso incluyéndolo, además, en sus acervos culturales y mágicos como lo prueban las pictografías, que se encuentran en los asentamientos transitorios de grupos nómades que transhumaban por la región. Es de suponer, además, que algunos ejemplares fueron semi domesticados, a fin de obtener sus productos sin el agotamiento energético y las dificultades que suponía su cacería. La introducción de los camélidos domésticos, principalmente llamas, en el entorno de los pueblos incluidos en el dominio incaico, tal vez contribuyó a un atisbo de zootecnia para con la especie, pero sin que esto significara un afincamiento total, una relación vital y sustentable como la que se ofrecía entre incas y vicuñas.
La llegada del español, probablemente, desarticuló esta incipiente relación que comenzaba a insinuarse, principalmente por la introducción del ganado doméstico y el uso de caballos y bovinos. El avance y la radicación de asentamientos humanos definitivos, la construcción de caminos, la introducción de modernas armas de fuego y otras circunstancias fue un elemento importante que contribuyó significativamente, a la dramática declinación de las poblaciones que comenzó por lo menos durante el siglo XVII y que tuvo hace unas décadas atrás su máxima expresión, en la fragmentación de sus hábitat y la dispersión de sus efectivos a unas pocas zonas, extremas en cuanto a su baja o nula densidad poblacional humana, su accesibilidad y rigurosidad climática.
La Región de Atacama puede servir de ejemplo para este escenario sombrío, puesto que la distribución actual de los guanacos, disjunta, es un testimonio del área que cubrían sus efectivos poblacionales en el pasado, y su condición de especie en Peligro de Extinción revela la precariedad y vulnerabilidad de sus ejemplares componentes.
El guanaco sigue siendo una de las especies de la fauna chilena y atacameña que presenta un futuro promisorio por las características que ofrece en sí mismo como especie y en sus poblaciones en una proyección futura que tienda a aprovecharlo sustentablemente si bien hoy día solo presenta un uso como elemento principal en el turismo educativo. Sin embargo la potencialidad se manifiesta para un posible mejoramiento genético de camélidos domésticos (Llamas y alpacas), para lograr su cría en estado de semicautividad o cautividad a fin de ser utilizado sustentablemente por la población rural, y como elemento biológico para recuperar ambiental y escénicamente áreas desertificadas o degradadas por la tala de vegetales y el sobrepastoreo caprino. En la actualidad las poblaciones silvestres de Atacama son manejadas por la Corporación en base a protección y seguimientos anuales (censos) en los Parques Nacionales Nevado Tres Cruces, Pan de Azúcar y el propio Llanos de Challe.
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